La violencia es una realidad que nos debe interpelar, y si bien se han ido logrando avances en cuanto al reconocimiento y protección de los derechos políticos de las mujeres, todavía queda mucho por trabajar. Su participación en la vida política y, particularmente, en los cargos de gobierno sigue presentando limitaciones.
Se debe dejar en claro que la violencia política contra las mujeres abarca toda manifestación de violencia en la vida política dirigida contra las mujeres por el solo hecho de serlo, cuyo objetivo o resultado es impedirles total o parcialmente gozar de sus derechos políticos.