La producción orgánica en la Argentina está regulada por la Ley 25.127, su Decreto Reglamentario 97/2001 y modificaciones. En dicha ley se define al producto orgánico como aquel que proviene de un sistema de producción agropecuario sustentable a lo largo del tiempo y que, mediante el uso racional de los recursos naturales, manteniendo o incrementando la biodiversidad y evitando el uso de productos de síntesis química y otros de efectos tóxico real o potencial para la salud humana, brinde productos más sanos e inocuos a la sociedad. Esta Ley de promoción para los productos orgánicos, es una importante señal que da la Argentina al mundo indicando su apoyo a la conservación del medio ambiente.
Promover la agricultura orgánica produce un mayor arraigo de productores a las zonas rurales y del interior del país, una agricultura menos contaminante, siendo así, una agricultura sustentable, que redundará en beneficios futuros para el país.
Los beneficios conducen a la mejora en los indicadores de rentabilidad en las empresas orgánicas, incentiva a nuevos agentes para iniciarse en la actividad y contribuye a un crecimiento sostenido de las exportaciones, no sólo en cantidad sino fundamentalmente en el sentido de crear las condiciones que permitan encarar las acciones orientadas a incrementar el agregado de valor a los productos y consolidar este sector dentro del conjunto productivo nacional.