La situación especial de vulnerabilidad que caracteriza a niños, niñas y adolescentes que se encuentran atravesando un proceso de desarrollo, maduración y formación, requiere también de una protección especial. En este sentido, las situaciones de riesgo o efectivas vulneraciones a sus derechos, se ven signadas en la incrementación de situaciones de violencia con desenlaces mortales y no mortales, que pueden provocar lesiones
irreversibles, como también otras consecuencias y comportamientos perjudiciales para la salud, el aprendizaje, la gestión de las emociones y la vida en común.