El proceso llamado de “recuperación de empresas/fábricas por parte de los trabajadores” se da como respuesta a una profunda crisis que vivió la Argentina a partir de la década de los ’90, donde se encarnó como modelo político-económico el neoliberalismo, y con este, las privatizaciones de empresas públicas, la paridad de la moneda local con el dólar, el achicamiento de la producción nacional, tanto a nivel agro como industrial, etc.; llegando a su auge en el año 2001 donde los niveles de desocupación y quiebra de empresas en el país tomaron niveles alarmantes. En este contexto de crisis, como salida a esta situación, los trabajadores y trabajadoras de numerosas empresas que quebraban, decidieron seguir produciendo, en forma autogestionada, resistiendo y protegiendo su fuente de trabajo, viéndola está casi como su única posibilidad ante “el abismo de la exclusión”, o sea para evitar la casi ineludible situación de desocupación.